This month Kevin McKidd: “Cristina y Owen se merecen algo de felicidad”

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Aunque sea prácticamente un novato en el Seattle Grace, comenzando su segundo curso el próximo 24 de septiembre, cada vez que Kevin McKidd habla lo hace con un conocimiento de causa y una emoción tal que si fuera ya un veterano (nunca mejor dicho…), desvelando mucho más de lo que hacen sus compañeros de serie. Lo demostró una vez más hablando con E! Online, donde contestando a cinco preguntas acabó revelando las cinco claves de su personaje de cara a esta complicada sexta temporada. Entre ellas, lo que significará para Owen Hunt la pérdida de O'Malley, su prometedora relación con Cristina (que parece que irá por similares derroteros este año) o nuevas incorporaciones para paliar una marcha definitiva (ainss, aún no lo he superado) y una temporal.

¿Cómo te sientes al dirigirte a la sexta temporada de Anatomía de Grey?
Me convertí en personaje fijo en el episodio 10 del año pasado, así que está bien ser un regular directamente desde el principio.


¿Cómo afectará la muerte de George a los demás?
Creo que afectará a Owen Hunt tanto porque él fue, de alguna forma, su mentor y le llevó a interesarse por el trauma. Pensó que O'Malley iba a convertirse en uno de los cirujanos de trauma más destacados del hospital. No le animó a unirse al ejército, pero sí que pensó que era algo muy honorable y grande que hacer, por eso creo que realmente chocará a Hunt. Además, Owen está acostumbrado a perder colegas, y eso es por venir de Irak de trabajar como cirujano en zona de guerra. Así que está muy acostumbrado a ello, y se le da mejor soportar el dolor que a otros en la serie. De hecho, creo que se convierte en una roca para los demás porque está muy acostumbrado a tratar con la pérdida y el sufrimiento de sus compañeros.


¿Tienen los productores planes para reemplazar a George? ¿Se acercará alguien nuevo a primer plano?
No sé la respuesta a eso. No nos lo han dicho. Pero sé que hay un par de nuevos internos al llegar. Será interesante ver quién aparece.


¿Cómo se va a desarrollar la relación de Cristina y Owen este año?
Se va a poner algo complicada en el sentido de que creo que se han metido de lleno en todos los traumas que tiene, pero entonces reaparece su pasado y en cierto punto lo atormenta. Alguien conectado a su anterior vida llega al hospital, que no es su ex-prometida, pero alguien que no esperábamos. Creo que puede resultar complicado, pero es emocionante e interesante. Con un poco de suerte, les unirá todavía más a largo plazo.


Y por último, deberíamos alegrarnos por Cristina y Owen este año, ¿no?
Por supuesto. Lo pasaron un poco mal el último año, y se merecen algo de felicidad este. Si la conseguirán, eso no lo sé.


Fuente: Seattle Grace Blog

News for Sandra Oh

This week Jean

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Combinación de belleza sobrecogedora e indiscutible valía artística, Jean Simmons fue un exquisito objeto de deseo que irrumpió en el cine inglés a mediados de los años cuarenta.


La devoción por Jean comenzó a raíz de tres reputadas adaptaciones literarias.
Para el 'Great Expectations' de David Lean, fue Estella, la niña perdida en la espectral mansión de la Señorita Havisham.


Como nepalí de arete en la nariz, la joven Simmons componía parte del deslumbrante escenario de 'Narciso Negro'.


Y, finalmente, Jean aparecía rubia y desdichada en el 'Hamlet' de Laurence Olivier, interpretando a la asediada Ofelia.


'Hamlet' supuso su primera nominación al Oscar y, por tanto, toda una declaración de intenciones por parte de Hollywood.
Había que adquirir a esa estrella potencial.


Howard Hughes fue quien compró su contrato y la trajo a la Meca del Cine.
La Simmons ofrecía entonces una femme-fatale emblemática en 'Cara de Ángel', donde sus delicadas facciones eran servidas en perfecto contraste con la turbiedad noir.


Jean se acomodó tan bien en suelo norteamericano, que nunca quiso regresar a Gran Bretaña.
Se casó con Stewart Granger, un actor mucho mayor que ella, y se naturalizó pronto ciudadana estadounidense.


En los cincuenta, ofrecía sus papeles emblemáticos.
Filtreó con el musical gracias a 'Guys And Dolls', donde cantaba, bailaba y se enamoraba de Marlon Brando.


Y era requerida especialmente para toda clase de empeños histórico-religiosos, del estilo de 'La Túnica Sagrada' o 'Young Bess'.
En esas coordenadas, estuvo especialmente luminosa como la Varinia de 'Espartaco', quizá su interpretación más popular.


En 1960, se divorciaba de Stewart Granger y transitaba velozmente al director Richard Brooks.
Jean siempre quiso defender su preferencia por los hombres mayores ante los que la acusaban de agudizada Electra.


El gran Brooks la dirigió en 'Elmer Gantry' y en 'The Happy Ending', por la que recibió su segunda opción al Oscar.


Con el tiempo, Jean Simmons miró a la televisión con curiosidad y renovado interés.
Su porte matriarcal la hizo ideal para los universos de la miniserie de lujo.


Fue aplaudida por todos cuando apareció en 'Norte y Sur' y, especialmente, en 'El Pájaro Espino'.


Durante el otoño de su vida, la Simmons batalló ferozmente contra su alcoholismo y venció al cáncer en una ocasión.


Pero, este fin de semana, la artera enfermedad terminaba por llevársela.
Jean se ha despedido de la vida con ochenta años y, sin duda, con el mismo buen sabor de boca que siempre sentimos sus admiradores.

News for Patrick Dempsey

This week 1970

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Cuando llegó la policía, el Doctor MacDonald yacía herido. Su mujer embarazada y sus dos hijas habían sido brutalmente asesinadas.
El Doctor MacDonald declaró que unos hippies habían entrado en la casa y, en nombre del ácido, habían ejecutado a su familia.


El Doctor MacDonald era respetable, fue el chico más popular del instituto y Richard Nixon le hubiese dado un apretón de manos.


El año anterior, el hombre había llegado a la Luna. En 1970, el maldito Apollo 13 estallaba en el Pacífico.


Porque 1970 mató a 1969. En medio de sangre, sobredosis, resaca y catástrofe, nacía otra era, contradictoria, llena de deudas, un tanto cínica.
Se acabaron los Beatles, Diana Ross dejó las Supremes, el mes de octubre devoró a Janis Joplin y no quedaron más días para Jimi Hendrix.

Entre excesos y tormentas, se miraba a épocas más inocentes con manifiesta nostalgia. El sentimentalismo se ponía de moda.


Los hermanos Carpenters querían estar 'Close To You' y Linda Ronstadt evocaba un 'Long Long Time'.
Eran dos odas a los amores platónicos, ideales para el fin de la rebelión, diseñadas para el momento en que los sueños adolescentes volvían a encerrarse en pisos de arriba y suspirarse en discos de vinilo.


Ali MacGraw y Ryan O'Neal hacían llorar con 'Love Story', que nos recordaba que lo bonito se acaba.
¿Quién tenía la culpa de que el sueño se hubiese terminado? ¿La CIA? ¿Richard Nixon? ¿El Vietcong? ¿Yoko Ono?
Los Beatles ya lo decían. Déjalo estar. Let it be.


Van Heflin subía al avión de 'Aeropuerto' con una bomba en su maletín, la Torre Norte del World Trade Center se erigía orgullosa por primera vez y Salvador Allende era elegido presidente de Chile.


Una calma siniestra inundaba las listas de bajas en Vietnam, al mismo tiempo que el cruel monzón detenía la contienda.
En casa, se sucedían las preguntas y las sentencias acerca de las tropelías de My Lai.


Black Sabbath abría las puertas del heavy metal, y unas inolvidables 'locas' de San Francisco nos enseñaron en qué consistía ser gay; 'Los Chicos de la Banda' marcaban los pasos de la revolución sexual, única herencia exitosa de la década anterior.


A pesar del enrarecido clima de 1970, el futuro iba a traer buenas cosas. Como indicaba la apertura del show de Mary Tyler Moore, 'you're gonna make it after all'.


Conocimos a 'Patton' y a la Morritos Calientes de 'MASH'. Dos películas, dos irreverentes retratos de las campañas extranjeras, dos espejos de Vietnam bajo coartada.


Para 'MASH', Rick, el hijo de Robert Altman, compuso 'Suicide is Painless', melodía triste y bufonesca, lo más cercano a una definición exacta de la era que comenzaba.


Jack Nicholson era el héroe adecuado, tras pedir un heterodoxo sandwich en 'Five Easy Pieces'.
Y 'Más Allá del Valle de las Muñecas', secuela/parodia del éxito sesentero, terminaba con masacre en chalé de Beverly Hills.
Porque nadie paraba de pensar en Sharon.


No entraron ningunos hippies en la casa del Doctor MacDonald. El escenario era una burda imitación del asesinato de Sharon Tate.
El respetable Doctor MacDonald masacró a su propia familia y nunca dijo porqué.


Como cantaba Gordon Lightfoot, 'si pudieras leer mi mente, qué historias te contarían mis pensamientos'.

News for James Pickens jr

Actors Raquel

Actors
Con bikini y ambientación prehistórica, se convirtió en un mito del erotismo. Aquel póster, oh, aquel póster.


Bomba sexual que estalló a mediados de los sesenta, Raquel Welch fue el antídoto ideal para superar la pérdida de Marilyn.


Explosiva, morena, terrenal, con un escote delirante y unas curvas diseñadas para matar, la Welch disparó la líbido de toda una generación.


En la Navidad de 1967, fue a Vietnam, dio un concierto y bailó con los soldados, contentos de olvidar por un segundo la guerra, prendidos del olor de Raquel.
Era, sin duda, la apoteosis de la tía buena.


'Hace Un Millón de Años', aventura kitsch de dinosaurios y trogloditas, cortesía de la Hammer, fue la responsable del furor.
Raquel viajaba por todo el mundo y la revista 'Playboy', que la adoraba, la llamó la mujer más deseada de los setenta.


Se mostró especiamente escandalosa en '100 Rifles', spaghetti-western donde subía el tono interracial seduciendo al atleta Jim Brown.


Siempre ha dicho que ser un sex-symbol era equivalente a estar en la cárcel.
Como todas las guapas, quiso que la tomaran en serio. Pero, en este caso, el talento dramático de Raquel estaba justamente a la altura de su sujetador.
Sus intentos de trascender en títulos más ambiciosos no cuajaron.


Aún así, nada se pudo igualar al desastre de 'Myra Breckinridge'.
De entrada, la elección de la Welch como la heroína transexual de la novela de Gore Vidal era una idea tan salvaje como divertida, pero la película fue un descalabro de pronóstico.


Richard Lester la salvó de la quema y le dio el papel de Constance Bonacieux en su revisión de 'Los Tres Mosqueteros'.


Consiguió las mejores críticas de su carrera y hasta le dieron un Globo de Oro.


Involucrada en carísimos espectáculos, Raquel se hizo polifacética, la mejor estrategia para ocultar que no era especialmente buena en nada.


No deja de aparecer en cine y televisión, con la determinación de las supervivientes.
Muestra siempre una belleza que no se marchitará, gracias a las bondades de la cosmética y la cirugía.


Una imagen genuina que alumbró pantallas y despertó sueños en sociedades reprimidas, todo fue calor con Raquel.
Se sospechaba, pero ya está claro: Raquel Welch es puro cine.

News for Dr Derek Christopher Shepherd